Llevo varias semanas discutiendo sobre la importancia de la técnica individual en los jóvenes jugadores, la importancia de dedicar tiempo en los entrenamientos a intentar mejorar las habilidades de los jugadores de los que somos responsables.
Creo que resulta innegable que el saber botar correctamente, el pasar la pelota de manera eficaz, el poder tirar a canasta con el mejor porcentaje de acierto posible, el tener los suficientes fundamentos técnicos para poder definir en situaciones de penetración exterior o cerca del aro resultan vitales para que el jugador tenga éxito en su cometido. Esa base trabajada en categorías de formación será la que dote al jugador de una serie de recursos con los que solventar con éxito las dificultades que se le presenten en los entrenamientos/partidos. Todo ello juntamente con una buena comprensión del juego colectivo.
Ahí es dónde radica la discusión. ¿Conocimiento del juego colectivo o recursos individuales? hace tiempo encontré un artículo de Joan Creus sobre crear buenos bases, y al final del mismo artículo hacía ésta reflexión.
"La creencia, demasiado extendida, de potenciar las cualidades técnico-tácticas de un jugador (en este caso el base) dándole gran protagonismo en cuanto a tener mucho tiempo el balón en sus manos y a decidir siempre en acciones terminales, es errónea. Y de esa forma, su adaptación al baloncesto sénior va a ser muy complicada. Es preferible priorizar otros elementos que dotarán al joven jugador de las herramientas necesarias para poder convertirse en un gran director de juego." Chichi Creus.
Entones ¿que debemos hacer? es difícil encontrar la justa medida en ello, si no se trabaja adecuadamente los dos aspectos podemos "crear" o jugadores demasiados individualistas o jugadores sin los suficientes fundamentos técnicos para poder superar con solvencia las situaciones que se le presentan.
En mi opinión debemos trabajar la técnica individual en cada entrenamiento, combinando con ejercicios de "situaciones de partido" dando importancia al juego colectivo (no me gustan los entrenamientos donde solo se trabaja técnica individual, al jugador le aburre y al final lo que se consigue es que no se trabaje al cien por cien), penalizando el egoísmo excesivo y ensalzando la generosidad justificada.
Creo que resulta innegable que el saber botar correctamente, el pasar la pelota de manera eficaz, el poder tirar a canasta con el mejor porcentaje de acierto posible, el tener los suficientes fundamentos técnicos para poder definir en situaciones de penetración exterior o cerca del aro resultan vitales para que el jugador tenga éxito en su cometido. Esa base trabajada en categorías de formación será la que dote al jugador de una serie de recursos con los que solventar con éxito las dificultades que se le presenten en los entrenamientos/partidos. Todo ello juntamente con una buena comprensión del juego colectivo.
Ahí es dónde radica la discusión. ¿Conocimiento del juego colectivo o recursos individuales? hace tiempo encontré un artículo de Joan Creus sobre crear buenos bases, y al final del mismo artículo hacía ésta reflexión.
"La creencia, demasiado extendida, de potenciar las cualidades técnico-tácticas de un jugador (en este caso el base) dándole gran protagonismo en cuanto a tener mucho tiempo el balón en sus manos y a decidir siempre en acciones terminales, es errónea. Y de esa forma, su adaptación al baloncesto sénior va a ser muy complicada. Es preferible priorizar otros elementos que dotarán al joven jugador de las herramientas necesarias para poder convertirse en un gran director de juego." Chichi Creus.
Entones ¿que debemos hacer? es difícil encontrar la justa medida en ello, si no se trabaja adecuadamente los dos aspectos podemos "crear" o jugadores demasiados individualistas o jugadores sin los suficientes fundamentos técnicos para poder superar con solvencia las situaciones que se le presentan.
En mi opinión debemos trabajar la técnica individual en cada entrenamiento, combinando con ejercicios de "situaciones de partido" dando importancia al juego colectivo (no me gustan los entrenamientos donde solo se trabaja técnica individual, al jugador le aburre y al final lo que se consigue es que no se trabaje al cien por cien), penalizando el egoísmo excesivo y ensalzando la generosidad justificada.
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